CESTERÍA CON MÉDULA DE ROTÉN

En esta ocasión vamos a tratar un tema artesanal, ya sabéis que en Siempre en Medio, abogamos por que las tradiciones no se pierdan, y esta nos parece una buena manera de hacer que continúen.

La cestería es una de las artes más antiguas de la humanidad, practicada a partir de tiras o fibras de origen vegetal (mimbre, junco, papiro) y también de origen animal o cabello humano y hoy en día procedentes también de materias sintéticas (plásticos, aleaciones metálicas y otros.

Los registros de mayor antigüedad han sido datados mediante carbono radiactivo
 entre los 12 y 10 mil años antes del presente descubiertos en El-Fayum, alto Egipto también se evidencia en las marcas de cestos usados para dar forma a algunos de los primeros artefactos de alfarería encontrados.

A pesar de la antigüedad de la cestería, nunca ha dejado de interesar al público y en todo el mundo se comercia con canastos al lado de las carreteras, en sitios turísticos y mercados campesinos. La popularidad de la cestería contrasta también con su carácter manual, ya que es una de las pocas actividades que no ha sido mecanizada.

Los canastos tuvieron como principal objetivo cargar almacenar, aunque hoy para muchos tengan un propósito decorativo.

En este artículo vamos a tratar de dar unas nociones de cómo se teje un cesto con médula de rotén, os aconsejo que empecéis utilizando este material, primero porque es más asequible y segundo porque es mucho más fácil de trabajar. Además no necesita ni herramientas especiales ni instalaciones determinadas.

El rotén es una palmera trepadora espinosa que crece en las zonas tropicales y subtropicales del Viejo Mundo y que se explota por su tallo flexible.

PREPARACIÓN DE LA MÉDULA PARA TRABAJAR

La médula de rotén la venden en rollos de ½ kg. La tenéis en el mercado de varios grosores. Deberíais empezar por las más finas, de 1 ½  y 2 mm de grosor. Tenéis que comprar de dos grosores distintos, la más fina servirá para ir tejiendo el cesto y las más gruesa servirá de armazón. Primeramente, debemos cortar las GUIAS, que serán las varas de médula que formarán el cuerpo y el esqueleto del trabajo. Éstas se cortarán con las medidas deseadas según el tamaño de la pieza a realizar.
Para ello, procuraremos enderezarlas en caso de que estuviesen dobladas o curvas y las cortamos con unas tijeras.
Para calcular la longitud de las guías, debemos sumar dos veces la altura del cesto más la base y 15 cm de remate por cada lado. Elegiremos la médula de mayor grosor que hayamos comprado.

¿Cuántas elegir?, pues eso va a depender de cómo de grande queramos hacer el cesto. Debemos tener en cuenta que la separación de las guías ha de ser de unos 2 a 3 cm como máximo, si queremos que el cesto quede consistente.

Estas gúias las meteremos en agua para que estén flexibles y no se nos rompan, pero ¡cuidado! No las dejemos allí indefinidamente, porque pueden quedarse tan flexibles que sea imposible trabajar sobre ellas.

Cuando ya tenemos las guías tenemos que empezar a pensar en las tiras con las que tejeremos. Estas serán de menos grosor. En caso de no tener más que de un grosor, las guías las pondremos dobles; esto tiene el problema de encontrarnos de pronto con 16 palitroques en la mano y no saber qué hacer con ellos.

Las tiras las iremos enrollando al tamaño del recipiente de agua que vayamos a utilizar para meterlas. Si las metemos en agua fría, las tendremos que dejar unos 15 minutos, dependiendo del grosor; si las metemos en agua caliente nos bastarán 5 ó 6 minutos.

BASE DEL CESTO:

Hoy aprenderemos a hacer una base cuadrada.

El fondo de la base cuadrada está formada por 8 guías puestas en cruz cuatro y cuatro. Alrededor de éstas vamos tejiendo por encima de 4 y por debajo de las siguientes 4, por encima de las siguientes y por debajo; damos así cuatro vueltas y nos paramos.

empiece!Ya hemos empezado!, pero ¿lo vamos a dejar aquí?, claro que no. Continuemos.

En este paso debemos tener en cuenta que ahora mismo tenemos guías pares y tienen que ser impares para que podamos armar bien el cesto. Para ello introduciremos una guía, la mitad de larga por un lado de lo tejido. Esta guía marcará el principio de todos los cambios que vayamos haciendo en el cesto. A partir de ahora tendremos que esforzarnos un poco, porque tenemos que empezar a separar las guías y tejiendo entre ellas, una vez por encima, la siguiente por debajo, la siguiente por encima, la siguiente por debajo, ….. Veréis cómo cuando lleguemos a la guía impar pasaremos ahora por el lado contrario. Esto va a ser un indicativo muy bueno de si vamos bien; si en una vuelta observamos que pasamos por el mismo lado, algo hemos hecho mal y tendremos que retroceder para ver dónde está el fallo.base

Continuaremos así hasta completar la base. Y ¿cómo de grande tiene que ser la base?, pues depende del tamaño del cesto que queramos hacer. Yo recomiendo que para un primer cesto lo hagáis pequeño, para poder manejar bien todo el cesto.

base terminada

Bien, cuando decidáis que ya tiene la base adecuada tendremos que empezar a levantar las paredes del cesto; para ello empezaremos a doblar las guías hacia arriba según pasemos por una de ellas por debajo, al cabo de dos o tres vueltas deberíamos empezar a notar cómo se van curvando. Continuaremos así hasta lograr que estén verticales.

Es importante que cuando ya consigamos  que estén verticales no apretemos mucho el punto porque tiende a cerrarse y volverse una especie de pelota de médula.

Cuando decidamos que ya hemos subido lo suficiente las paredes del cesto tendremos que rematarlo, pero las terminaciones y distintos tipos de puntos que pueden hacerse os lo contaré próximamente.

Bolso tricolor

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