Texto y fotos por : Diana Osuna. Educadora de Siempre en Medio. Licenciada en CC Ambientales
Tomas un puñado de compost que tú has elaborado y te lo acercas a la nariz. Inmediatamente ese olor te traslada a un bosque de hojas secas y humedad. En el fondo, has reproducido en casa lo que hace la naturaleza … has cerrado el ciclo de la materia orgánica.
¿Lo mejor? La materia prima… has conseguido hacer un abono de calidad… ¡a partir de la basura!
¿Cómo? Muy fácil. Se trata de reciclar lo que se tiene. Por ejemplo, si preparas una típica tortilla de patatas y gazpacho para comer puedes apartar todos los restos: las mondaduras de patata y cebolla, las cáscaras de huevo, los rabos de los tomates y pimientos, la piel del pepino si la quitas, la piel del melocotón que te has comido de postre… Sirven los restos orgánicos vegetales, hortalizas, frutas y verduras no cocinadas.Todo ello, lo depositas en un vermicompostador.
¿¿Dónde?? Sí, en un vermicompostador. ¿No sabes lo qué es? Pues simplemente es un recipiente con bandejas, la última de ellas actúa como depósito de líquidos (de plástico duro, los hay de madera, fabricados a mano a partir de botes de pintura o macetas…) donde viven lombrices. No son nuestras lombrices de tierra, son generalmente del género Eisenia. Estas voraces amigas lo que hacen es comerse los restos de verdura y fruta que desecha
mos. Su aparato digestivo transforma esos restos en vermicompost, uno de los mejores abonos orgánicos que existen. Trabajan convirtiendo tu basura en vermicompost a cambio de una casa a oscuras, sin temperaturas extremas (ni bajo cero ni por encima de los 35 grados centígrados) y con mucha humedad. Respiran a través de la piel.
¿Tienes miedo de tener tu casa llena de lombrices si tienes un vermicompostador? Tranquilidad que eso no va a pasar. En cuanto no estén a oscuras, sin el resto de sus compañeras y sin humedad constante se mueren, así que no tendrán ninguna gana de abandonar “la vermi”.
Además de abono sólido, el vermicompost, las lombrices generan abono líquido al que llamamos lixivermi. Éste, mezclado con agua, es excelente para enriquecer las macetas de tu hogar e incluso actúa como insecticida natural.
Aquí dejamos el link de manual de vermicompostaje de la asociación GRAMA para profundizar en el tema:
Haz clic para acceder a Manual%20de%20Vermicompostaje%20GRAMA.pdf
¡Ah! ¿Qué no vives en piso sino en una casa con jardín? Entonces es mejor utilizar un compostador.
Al igual que los restos de fruta y verdura que puedes echar al vermicompostador, ahora puedes también impedir que los restos de poda del rosal o del almendro de tu jardín, las hojas secas de la parra y la hiedra, los hierbajos y malas hierbas que crecen por todas partes o las lechugas espigadas y las tomateras marchitas de la huerta, acaben pudriéndose en la basura. Así dificultarían y empeorarían la eficacia del reciclaje de otras fracciones de residuos y, probablemente, acabarían emitiendo metano, gas de efecto invernadero. Sin embargo puedes evitarlo troceando todos esos restos orgánicos de tu jardín y de la cocina y echándolos a tu compostador en proporción 1:2 (los restos de cocina, más ricos en nitrógeno y agua, se degradan antes que los restos leñosos del jardín más ricos en carbono).
¡Ay madre eso va oler! ¡Seguro que has tenido ese pensamiento! Otra vez tranquilidad. El compostaje que harías en tu jardín es un proceso de biodegradación en presencia de oxígeno. Remueve los restos con frecuencia para que no haya zonas sin él que se pudrirían y entonces, sí habría mal olor. La proporción entre restos de jardín y orgánicos vegetales de cocina debe ser adecuada para que el compostador esté a un 45% de humedad, más o menos.
Con el compostaje hay que tener un poco más de paciencia. Si bien es cierto que con las lombrices en el el vermi el abono se produce mucho más rápidamente, con el compostaje hay que esperar una media de 8 meses. Prueba a mezclar restos orgánicos vegetales de la cocina con los del jardín y a remover todo. Verás que se hace compost más rápido y más rico que si sólo compostaras las ramas y hojas secas de tu terreno.
¡Ah! No olvides poner tu compostador (comprado, hecho con palés…) directamente sobre tierra para que los descomponedores del suelo colonicen tu compostador y trabajen para hacer el abono orgánico! Con el tiempo vivirán en tu compostador, ya verás.
Y, si visitas frecuentemente tu compostador, volteas los restos y no está abandonado, no será el hogar de inquilinos indeseados como ratoncillos u otros animales (que seguro que se te ha pasado por la cabeza).
¡No te olvides de cribar el contenido del compostador para separar los materiales más compostados de los más recientes y menos procesados!
Puedes descargarte una completa guía de compostaje en la web de Composta en Red: www.compostaenred.org
Así que, os recomendamos que os animéis y hagáis vermi o compostaje en casa. Si todos esos residuos orgánicos se compostaran, no se desperdiciarían en la basura, se convertirían en abono natural que, mezclados con la tierra , aumentarían el contenido de materia orgánica en la misma. Enriqueceríamos nuestros suelos (en gran medida, erosionados) y a nuestras plantas de jardín y macetas a partir de residuos sin tener que comprar fertilizantes.
Si esto se generalizara en tu municipio o comunidad, los beneficios se multiplicarían. Echa un vistazo al vídeo de Amigos de la Tierra:
Siempre en Medio te enseña a hacer correctamente compostaje y vermicompostaje doméstico en tu casa, en centros educativos.. ¡Pídenos un taller!
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